
Antes de la invención del Gore-tex, de los piolets ergonómicos y del GPS, había una serie de señores que subían montañas con un arrojo (
expresión que viene a decir que los tenían enormes y muy peludos) del que se perdió la huella hace tiempo.
Edmund Hillary fue uno de ellos, y aunque logró la fama por ser uno de los primeros en pisar la hoy marchita cumbre del
Chomolugma, la vida de este tipo que hoy-ayer murió está plagada de aventuras dignas de su altura.
Su nombre ya era parte de nuestra historia antes de morir, su ayuda a los pueblos himalayos, su consejo de dejar descansar las cumbres de tanta basura que acarreamos a ellas queda como parte de su legado.
Un ejemplo de que esto nuestro no sólo es subir piedras, paredes o montañas.
2 comentarios:
...ti si que eres grande, bicho...
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